Invertir en innovación permite a las organizaciones renovar su oferta de productos y servicios, además de ofrecer alternativas más ajustadas a las necesidades de los clientes. Sin embargo, los procesos creativos siempre son complicados y muchas empresas no se atreven a arriesgar en un entorno tan difícil como el que estamos viviendo. Quizá el “design thinking” sea una opción a tener en cuenta en un escenario así.
Tim Brown, CEO de IDEO, define el “design thinking” como un acercamiento a los problemas desde una perspectiva similar a la que ponen en práctica los profesionales del diseño cuando se enfrentan a los desafíos en su trabajo diario. Las necesidades del cliente se convierten en el centro de atención, con el objetivo de dar con una solución que sea deseable para las personas, viable desde un punto de vista técnico y rentable para la compañía.
Carmen Bustos, en su conferencia del evento TedX realizado en Madrid en 2011, ilustra las claves del proceso de diseño y apuesta por él como herramienta para generar nuevas soluciones en escenarios complejos.
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